Le voy a dar otra oportunidad al orinui shibori (shibori cosido). Es la única manera de conseguir motivos poco comunes aparte de bordarlos o pintarlos a mano. Pero como estoy en racha lo intento con shibori. Hay tantos blogs sobre shibori que es fácil encontrar ayuda para lo que quieres hacer.
Momiji en agua revuelta. Creo que haré los nervios de las hojas al estilo sashiko o los pinto. Tantas horas cosiendo...
El lado pobre que no se ve tanto cuando te lo pones.
No me quedo sin chidori! Lo repito a ver si me sale bien esta vez. A ver como hago los acabados.
Tengo un montón de cosas pendientes, entre ellas terminar los tabis. Pero me he acordado de un montón de tinte azul y negro que tenía olvidado en un cajón.
Como tengo que cambiar el haneri del juban de verano y tengo mucha tela blanca de lino me he puesto a jugar un poco con ello. He usado bridas, gomas elásticas, doblado y cosido siguiendo un patrón que no se si saldrá como quiero.
Las bridas y las gomas no se como se portarán con el agua caliente que requiere el tinte, todo es probar.
Como me llegó este komon hace poco me moría de ganas de estrenarlo. Es un komon interesante y la seda es suave. Para variar no es de florecillas ni rallas, es un poco atemporal. El haori es de un tejido parecido y coordina muy bien con el kimono, no tiene una estación concreta. No tenía ganas de ponerme un nagoya y un fukuro sencillo era la mejor elección, no es brillante lo que lo hace bastante informal. De hecho le cogido bastante manía a los obis brillantes, son un peñazo. XD
Otro día lo combino de una manera más alegre, es que estaba el día triste. ^^
El obi tiene pequeños fenix en marrón y malva, por lo tanto para conjuntar he escogido un obiage malva claro y un obijime malva también. No son de los mismo tonos pero es lo que hay cuando compras de segunda mano. ^^
También quería estrenar estos zoris, 100% nuevos! El hanao (tira del zori) era un problema para combinar así que le he puesto un haneri (cuello) parecido al juban para que haga juego.
El juban es uno de los que más utilizo, vais a ver este haneri muy mucho.
Los tabis estaban sucios, perdonadme. Era eso o tabis negros, o sea, que sería demasiado negro y quedaría descompensado.
En la era Heisei (la era del emperador de ahora) el kimono se ha convertido un estándar convencional con tabis blancos, haneri blanco y con la forma rellenada zundo. El obi se ata alto por que se ha convertido en algo decorativo más que en algo práctico. Las ventas de kimono formal llegan a su tope máximo en 1990 y entonces muchas compañías de kimonos van a la bancarrota en la recesión de 1990. Métodos de ventas fraudulentos contribuyeron a dar un impacto negativo en la industria. Los informes de la prensa japonesa sugieren que el kimono ya no es relevante. Las tiendas de kimono pierden clientela a causa de las grandes cadenas comerciales. La producción en el extranjero y las alternativas sintéticas reducen los costes y el kimono de segunda mano empieza a introducirse en las revistas de kimono (notables artículos ilustrados mostrando la colección Ikeda en Utsukushii kimono) y en el mercado.
El yukata es más popular y refleja los diseños y colores contemporáneos. Tan pronto como el precio baja el yukata se vuelve más visible en los festivales del verano. El yukata era mucho más fácil de poner, de limpiar y las rigurosas normas del kimono no son estrictamente aplicadas.
El relajamiento de la normativa, la aceptación de los sintéticos y de las mezclas sintéticas que permiten un fácil lavado y el incremento del comercio de el kimono de segunda mano (el boom de las antigüedades) han culminado en un muy interesante e innovador estilo y diseño en el siglo XXI (documentado por la revista Kimono Hime y reflejado en el estilismo de kimono de Mamechiyo). Las ventas a través de internet, la riqueza de información en Internet y la nostalgia han facilitado sin duda este desarroyo. Sin embargo, el reciente furor en 2009 sobre la candidata a Miss Universo llevando un micro furisode, resumido por Japan Today (1 de agosto de 2009), y el hecho que la revista su nombre de Kimono Michi (el camino del kimono) a Kimono Hime (princesa kimono) refleja como es de fuerte aún la influencia de la actuales organizaciones de kimono y como seriamente el kimono es tomado en Japón.
Inmediatamente después de la guerra, las mujeres japonesas fueron alentadas a llevar kimono. Sin embargo, el hambre y la falta de recursos eran problemas más apremiantes, las calles enseñaban gran variedad de estilos de ropa.
"Algunas mujeres son vistas en maravillosos kimonos, otras llevan el mompei de los tiempos de la guerra, mientras que los veteranos de guerra aún llevan sus gastados uniformes de sus antiguos regimientos. Veríais en las ajetreadas calles personas en vestidos provisionales hechos aparentemente de cobertor de cortinas, caminando al lado de jóvenes mujeres en elegante ropa occidental."
Amarillo, rojo y diseños florales grandes se ponen de moda tan pronto como se acaba la guerra, mientras el caqui y los mompei, las ropas y colores asociados a la guerra, eran rechazados. Otra tendencia posguerra era que la gente joven llevaba obis más estrechos y experimentaban con la manera de atarlos. Mientras los recursos aún eran escasos, ciertas tendencias como teñir los kimonos de negro y estampar dibujos en ellos fueron modas cortas que permitían a la gente ser estilosos. Alrededor de 1951 las telas como el algodón y la seda estuvieron disponibles para los hogares comunes.
Tan pronto como la lana estuvo disponible, hubo una moda de abrigos de tela de lana gruesa. El ancho variable de los rollos de tela de lana permitían una gran variedad de estilos. Omeshi era valorado como una seda cara para kimono y la tendencia del majorca omeshi, tejido con hilos metálicos (derivado de el brocado de oro de Mallorca, España), data por alrededor de 1950.
La ocupación americana termina en 1952 y en 1953 se lanza el primer número de Utsukushii Kimono enseñando una gran variedad de estilos y una influencia obvia de las modas cosmopolitanas en color, silueta y diseños. El gobierno japonés avalaba exhibiciones que empezaron en 1950 en una apuesta para ayudar a la industria téxtil y desde 1955 llevó a unos artistas concretos a la atención pública certificandolos como tesoros nacionales vivientes. Artesanos de yuzen y cortadores de katagami fueron los premiados el primer año, reflejando la importancia puesta en los tintoreros más que en los tejedores.
En 1959 el emperador de Japón se casó con una plebeya que apareció en kimono e influyó en la moda del kimono como por ejemplo en diseños sobre fondo blanco. La industria del kimono prosperó. El haori con un diseño pictórico, un revival del haori preguerra, se puso de moda otra vez y el obi hitoe (un obi un poco más estrecho (se referirá al 六寸帯?)) reapareció. Las películas tienen influencia en el estilismo del kimono del 1960 y la influencia occidental en el conjunto del kimono se encontraba en las sombrillas, bolsos, peinados y estampados de los obis.
Con el crecimiento de la economía, también crece la capacidad de gasto del japonés común y para la mayoría de los japoneses el consumo de imagenes mediaticas se convierte en la compra de bienes de consumo en el 1960. Hubo un boom en el consumo de tipos caros de kimono como el irotomesode, houmongi y furisode. Como las mujeres no llevaban normalmente kimono en el trabajo, durante las fiestas de año nuevo ellas llevaban houmongi o kimonos bonitos y se peinaban al estilo japonés. Fotografias de estas mujeres eran enseñadas en los periódicos durante el año nuevo cada año.
Kimono de lana kasuri con haori a juego empiezan a aparecer y los kimonos sintéticos eran ofrecidos como una alternativa de fácil cuidado con respecto a la seda. En las ceremonias de entrada a la escuela infantiles, las madres llevaban haori negro con urushi, una tendencia que fue tan duradera que las apodaron cuervos.
Experimentación con formas y mezclas con estilos occidentales y japoneses fueron gradualmente reemplazados por una creciente versión estandarizada de kimono, así como el kimono de diario decrecía, más importancia fue puesta sobre el kimono formal. El blanco se convirtió en el color estándar para haneri y tabi. Los diseños de los kimonos empezaron incorporar motivos de varias estaciones del año así el kimono podía ser llevado durante un periodo más largo del año.
He estado descosiendo el kimono de shibori manchado mientras veía una serie de documentales de la BBC sobre vikingos que me ha puesto muy combativa. XDD
De la parte del cuello he obtenido un trozo con las medidas ideales para convertirlo en un haneri. Como es blanco y negro me va a combinar con todo. Es raro ver un haneri de este tipo y no tengo ninguno. Creo que me costaría bastante dinero uno nuevo de esta tela, además esta tela está tratada con un antimanchas que la hace ideal para el nuevo uso que le voy a dar.
Ahora he de pensar en que trozo voy a convertir en obiage, os juro que me va a ser difícil, hay tanto bordado en todas partes!
Mi hermana ha hecho este pastel, con tanta boda y fiestas no me voy a adelgazar nunca!
A este juban le quité el haneri (el cuello reempazable) por que ya estaba bastante sucio. El color era blanco pero como ya tengo muchos blancos voy a variar un poco.
Como podéis ver en la fotografía este juban tiene un cuello un poco extraño, es un cuello para doblarlo. Parece que es un kimono reciclado, por que tiene mangas de kimono. Reciclar a juban o haori es una solución económica e inteligente si tienes un kimono que tiene una mancha irremediable o un roto.
El color turquesa me gusta mucho y he estado buscando para conseguir un trozo de tela de este color para que combine con mis otras piezas.
No, no está del revés. Es un hikinuki obi (ひきぬき帯), se ata diferente.
Yo siempre miro la rueda de colores para ver las posibles combinaciones, el turquesa y el color vino sencillamente se llevan genial (combinación triádica).
Hay que hacer una comprobación in situ por que la teoría está muy bien pero puede fallar. Sencillamente perfecto. El trozo de tela debía ser de un trozo de manga y le llega bastante bien. Es una tela muy fina y aunque tiene 35 centímetros de ancho y el haneri solo 10 centímetros mejor la meto toda doblada sin cortar. Me da pena cortar por que se me pierden los trozos (mi casa es un desastre) y le puedo dar la vuelta cuando se manche, de hecho le podré dar muchas vueltas. XDDD
Así nunca me acordaré de qué combinaciones me he puesto, qué desastre.XDDD Por cierto qué calor que pasé aquel día, y eso que llevaba hitoe! Uff! Qué poco me queda para el ro y para los juban con trampa! Como he dicho antes el kimono es hitoe pero el pobre está en bastante mal estado, las partes blancas están manchadas. Como es chirimen (crepé) y encima shibori no se si lavarlo. Es una pena por que es maravilloso aunque sea corto. Lo he combinado con un hanhaba marrón para ir cómoda.
La verdad es que disfruté bastante, por una vez una actividad relajada.