Estas fotos son de este verano en Chesterfield, famoso por su tabaco y su mercado del fin de semana.
Este tipo de pasteles se hacen tradicionalmente en Inglaterra, son típicos de las bodas y navidades. Su principal característica es su duración en buenas condiciones. La tradición es guardar un trozo cuando te casas y comértelo para cuando tienes el primer hijo. Eso quiere decir que al menos tiene que durar 9 meses.
El pastel en cuestión está hecho de fruit cake (emborrachado con alcohol) con una cobertura de azúcar.
Con el auge de los cupcakes también han venido estos pasteles que son muy bonitos pero que son hipercalóricos. Podéis encontrar un ejemplo en Barcelona en la pastelería Escribà en Las Ramblas. No son tan buenos como una buena tarta de limón y merengue que hace tiempo que no está de moda.
Por cierto, hablando de pasteles este es una verdadera escultura. Lo checos son unos pasteleros como la copa de un pino, a ver si si pone de moda la tarta Dobos que no la probé cuando estuve allí y me quedé con las ganas.
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